Por Juan Arrizabalaga | Ago 18, 2022
Mucho se habla en Argentina, en estos días, de tranquilizar la economía, calmar a los mercados, brindarles señales, ser prudentes o estimular a estos famosos mercados. De hecho el primer Ministro de Economía de este gobierno, Martín Guzmán, quien renunció por las redes sociales, dijo que su principal tarea había sido tranquilizar la economía. Quien le sucedió en el cargo, la ex-ministra Batakis, que duró 24 días en el mismo, también pronunció su discurso tratando de calmar a los mercados. Finalmente el superministro Sergio Massa, brindó también su primer discurso, intentando llevar calma a los mismos.
El mercado, parece un ser sensible al cual no hay que irritar, hacerlo enojar y entonces se habla continuamente esto de calmar o tranquilizar a los mercados. Por eso y en función de ese objetivo, se habla de equilibrio fiscal, reducir el gasto público, cumplir con las metas del FMI o esta idea de anclar expectativas; también se suma convertir planes en trabajo.
Bajo el eufemismo del mercado lo que se esconde es el poder económico nacional e internacional y cuando se pretende darle señales ,lo que se está abriendo es una paritaria para sus intereses. Sin embargo, quienes no parecen tener la misma suerte son los asalariados y los sectores populares o los sectores informales de nuestra economía, que lejos de pedirle al gobierno brindarle señales al mercado, esperan tranquilizar las góndolas. Sin embargo en esta puja entre estabilizar la desigualdad o redistribuir el crecimiento…por ahora la ventajita la tienen los mercados
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